Una cuestión de género
Una cuestión de género es una película biográfica sobre la vida de Ruth Bader Ginsburg, Juez de la Corte Suprema de Justicia, dirigida por Mimi Leder y escrita por Daniel Stiepleman.
La película tiene dos partes. La primera relata los años de estudiante de la protagonista mostrando la clara diferencia de encontrarse en un mundo ocupado por hombres durante los años 40 y 50 en este caso, en América.

La segunda parte muestra el ascenso profesional de la protagonista. Su primera época como profesora en la Universidad con la asignatura «Discriminación sexual y la ley», en la que ya analizaba los casos resueltos por los juzgados desde una perspectiva de género. Además, en la película se utiliza el caso Floyd contra Florida, en la que se alegó que los jurados de Florida vulneraban la Constitución, porque no había mujeres entre sus componentes, lo que afectaba a la valoración probatoria y a la severidad de la condena en un caso en que una mujer maltratada había matado a su esposo maltratador. La escena es la introducción al camino en defensa de los derechos de las mujeres.
La película trata generalmente sobre la idea que tuvo en su trayectoria como abogada. Esta idea fue utilizar casos en los que la ley discriminaba a los hombres para demostrar en los tribunales que esta era inconstitucional por efectuar una discriminación por razón de sexo.

Fue la chispa que permitió un cambio revolucionario en la jurisprudencia y en las leyes alegando en uno de sus casos: “no pido ningún favor para mi sexo, lo único que pido a nuestros hermanos es que nos quiten los pies de encima».
El caso que muestra la película es el caso de Moritz conta Commissioner of Internal Revenue (1972). Charles Moritz era un periodista soltero de unos sesenta años que necesitaba contratar a un cuidador para su madre enferma, algo que le habría proporcionado una deducción fiscal si hubiera sido una mujer, un viudo, un divorciado o un hombre cuya esposa estuviera incapacitada. Su condición de hombre y soltero hizo que la solicitud de Moritz de dicha deducción fuera inadmisible según la ley fiscal federal. Por lo que Ginsburg habla con el Sr. Moritz, quien decide seguir adelante con la apelación. Ruth quiere que quede reconocido que la ley tributaria discrimina por razón de género, bajo la premisa de que las leyes responden a una sociedad que ya no existe: las mujeres son abogadas en tribunales, han accedido a las universidades. Sin embargo, la palabra mujer no aparece en la Constitución de los Estados Unidos. Afirma la protagonista en el filme: «Tampoco la palabra libertad, señoría». Y en su alegato, no sin dificultades, afirma que no pide al Tribunal de apelación que cambie el país, porque este ya ha cambiado sin permiso del tribunal, sino que lo que pide es proteger el derecho del país a cambiar.
Una película digna de recomendar y que demuestra que la lucha de la Igualdad es necesaria por parte de toda la sociedad independientemente de su sexo, puesto que la desigualdad entre sexos, aunque en mayor medida a las mujeres, es perjudicial para ambos sexos.