La mitad de los agresores sexual de niñas y adolescentes son familiares o personas del entorno más cercano
A pesar del estereotipo en el que se piensa cuando hablamos de agresores sexuales, según el estudio “Agresión sexual en niñas y adolescentes, según su testimonio. Evolución en España (2019-2023) de la Fundación ANAR, presentado este mes de abril, “8 de cada 10 agresores (79,5%) son hombres (94,3%), conocidas por la víctima y, de éstos, el 50,3% son miembros de su propia familia. Además, este dato aumenta hasta el 85,9% en el caso de las víctimas más pequeñas (0-9 años)”.
Este estudio también revela otros datos que consideramos importantes compartir. Respecto a los agresores, han aumentado las agresiones sexuales grupales (“en manada”), “pasando de 2,1% en 2008 al 10,9% en 2023.
Respecto al perfil de las víctimas, “es marcadamente femenino siendo un 78,7% el porcentaje de niñas y mujeres que sufren este tipo de violencia”, con una media de edad de “12,5” años y “tres de cada diez víctimas de agresiones sexuales no denuncian ni tienen intención de hacerlo”. Entre las causas se encuentra “por culpa, o “por vergüenza”, siendo generalmente la madre de las víctimas las que denuncian y en menor medida el abuelo o la abuela de la víctima. Conforme aumenta la edad de la víctima toma relevancia en la denuncia las amistades, hermanos/as, otras/os profesionales…
En general, las agresiones sexuales detectadas por el teléfono o chat de ANAR “aumentan un 55,1% en los últimos 5 años y las tecnologías están implicadas en un 43,9% de los casos, con fenómenos como el grooming o el sexting no consentido.
En este estudio también se detallan las deficiencias detectadas en el proceso de denuncia desde el “ámbito privado”, es decir, el entorno familiar / de confianza, al “ámbito público”, el entrono profesional:
Entorno familiar/de confianza:
✓ Falta de apoyo emocional en el hogar
✓ Falta de reconocimiento del suceso
✓ Falta de credibilidad de la víctima al ser una niña o adolescente
✓ Apego al agresor
Entorno profesional:
✓ Dilatación en el tiempo del proceso o retrasos
✓ Falta de inteligencia emocional con la víctima o de conocimiento del estado emocional de ésta
✓ Complejidad del proceso de denuncia
✓ Saturación de los servicios públicos
✓ Falta de adaptación a las circunstancias personales de la familia o de la víctima
✓ Falta de apoyo o acompañamiento durante el proceso de denuncia
✓ Existencia de prejuicios o estereotipos hacia la víctima y hacia el proceso
